#Rumania : luz & oscuridad

LA LUZ & la metáfora

"La luz al final del túnel" - una metáfora ? No. un cuento para los niños, un cebo para los adultos hambrientos de esperanzas (vacías y totalmente fantasmagóricas) ? No. En Rumanía, un estilo de vida, un modo de emborracharse con agua fría (según una expresión muy popular en los Balcanes), un "me importa un pijo, ya no puedo hacer NADA" (lamentablemente, una mentalidad en muchísimos países latinos - Italia & España como ejemplos más concluyentes).
En Rumanía, después de haber esperado tanto a los americanos que no llegaron nunca y no nos libraron del comunismo o del capitalismo salvaje, pero nos hicieron miembros NATO (sólo por razones estratégicas, nada mas), después de la teatral "Revolución" del 1989, la gente, engañada por un gobierno que se había vuelto anticomunista de la noche a la mañana, ha aguantado un larguísimo periodo de transición, en el cual los políticos prometían una llegada pronta a la luz del final del túnel... la gente, ingenua, sin experiencia democrática (memoria o sentido común - ¡tengo que añadir yo!), votó a los especuladores lobos con piel de cordero y continuó esperar... y esperar... y esperar... llegó NATO, los préstamos del FMI, la UE, llegaron los fondos europeos, las multinacionales... algunos jóvenes dejaron el país - por falta de paciencia (como la autora) o falta de trabajo (como tantos de los pueblos o de las pequeñas ciudades dejadas sin industrias o esperanza de algún desarrollo futuro)... algunos se quedaron, acostumbrados al ritmo de caracol impuesto y estimulado por la misma clase política... quedarse quiere decir creer el la lucecita prometida y aguantar una corrupción omnipresente, pero frecuentemente ignorada y aceptada - consecuencia de una resignación frente a un sistema perjudicado, crónicamente enfermo. Enfermo porque los anticuerpos no tienen ganas de operar y prefieren complacerse en una posición favorable - por ejemplo: la gran parte de los médicos, que esperan y aceptan sin arrepentirse o pensar en el juramento hipocrático "pagos informales" (= sobornos, regalos consistentes), tantos miembros de la Policía, que evitan de meterse con los "peces gordos" y van a por los pequeños delincuentes, muchos funcionarios públicos, que no se mueven si no vienes con una recomendación o un regalito (aunque en estas oficinas hay carteles que ponen: "Aquí no se aceptan sobornos."), la Justicia, que está siempre de la parte del dinero y del poder contemporáneo y la más ominosa sanguijuela: la clase política - defensora de sus propios intereses pecuniarios. El único anticuerpo luchando contra este virus mafioso es el DNA (el Departamento Anti-Corrupción), el orgullo de todos que se niegan de aceptar la existencia de la lucecita, pero creen en algún tipo de justicia divina... La estrella del DNA está sin embargo en peligro de extinción - el ministro de "Justicia" desea cambiar el proceso de elección de los miembros del DNA y hacerlo dependiente ÚNICAMENTE de la decisión propia (eliminando el veto del presidente y otros representantes de la Corte Suprema).

Una luz más (teórica o no) está por apagarse en el cielo est-europeo... La Justicia se queda un mito y no va a parar de pertenecer a la mitología local, enterrada en la tradición del folclore atemporal... El sistema enfermo triunfa en sus tendencias patológicas, autodestructivas... y la gente ? Viviendo con la ilusión de unas próximas elecciones que puedan mejorar los daños hechos en 27 años de "democracia" - "la esperanza se muere última", dice un otro proverbio, y mientras esta esperanza sea más convincente que la luz o un milagro, uno se queda esperando... o se va en búsqueda de otras esperanzas, fuera.